Manual Escaparatismo

Manual sobre escaparatismo

Visual merchandising

 
Introducción

 
Que es un escaparate y para que sirve?
 
 
Cualquier persona en alguna ocasión paseando por la calle se ha detenido ante una tienda y ha observado con detenimiento su escaparate. El escaparate expone productos con la intención de llamar la atención para que los transeúntes los admiren. Si además se ha entrado en el comercio y ha comprado el producto expuesto, el comprador ha sucumbido al influjo del Visual Merchandising. El escaparate es un vendedor silencioso e incansable.


El escaparate es la tarjeta de presentación del comercio. Los clientes y los potenciales clientes van a recibir mucha información con una simple ojeada al escaparate. El mensaje que se quiere emitir será a través de un lenguaje no verbal, es decir del lenguaje visual que proyecte, en ocasiones reforzado por rótulos.

 
Desde el escaparate se refleja de forma resumida la imagen del negocio y las características generales del establecimiento. Desde la calle el escaparate deberá ofrecer una idea aproximada de los productos y la calidad de estos que el cliente se encontrará en el interior.
 
 
Los profesionales creativos con la función para la realización de escaparates se les ha llamado tradicionalmente escaparatistas. Con el tiempo su ámbito de actuación ha crecido. Ahora no sólo se ocupan del montaje y/o diseño de escaparates, también de la colocación atractiva de los percheros y estantes, montajes interiores, espacios efímeros, etc. Así la palabra que define más su función es el de visual merchandiser. Así pues, es tan destacada la creatividad y el estudio de los escaparates como el de los interiores comerciales.
 
 
En términos más modernos y actuales el escaparate es un recurso de marketing, un elemento publicitario y desde hace unos años se extiende por el interior de los comercios. En estos interiores se crean espacios de exposición de los productos o se colocan de forma ordenada y estética en las estanterías, es lo que se denomina visual merchandising.
 
 
Así pues un escaparate seductor, innovador y cuidado va a conseguir comunicar la imagen de la tienda, conectar con el público al que nos dirigimos, enseñar productos en venta, hacer o potenciar promociones, etc. Y sobre todo incrementar ventas y por tanto beneficios.

 
 
Funciones y objetivos del escaparate.
 
 
La función del escaparate se podría resumir en exhibir estéticamente los artículos y promover las ventas.
 
 
Así mismo nos encontramos con dos tipos de objetivos:
 
 
Objetivos técnicos y estéticos:
Escaparate Louis Vuitton celebrando
el primer año de la tienda en Mallorca

  • Llamar la atención.
  • Producir sensaciones.
  • Dejar una buena imagen.


Objetivos técnicos y comerciales:
 
  • Aumentar la demanda, atrayendo al comprador y deteniéndolo.
  • Destacar frente a la competencia.
  • Dar imagen propia.
  • Aumentar la cuota de mercado y el volumen de ventas, repercutiendo por tanto, en un incremento de los beneficios.



Mediante una mayor atención al escaparate, el comerciante logrará un aumento efectivo de su demanda, nuevos clientes y conservará los actuales; así mismo conseguirá atraer a los fabricantes.
 
 
Está demostrado que un escaparate bien realizado es el que realmente vende el producto. En el caso de los bienes de consumo duraderos, el escaparate juega un mayor papel que en el caso de los bienes de consumo perecederos; pero bajo cualquier circunstancia, el escaparate constituye un factor condicionante de la compra, ya que del grado de atracción que ejerza sobre el comprador, dependerá que éste entre en el establecimiento y efectúe la compra.


 
Misión del escaparate


La misión del escaparate consiste en exponer al público los productos, las marcas, los precio y la variedad de surtido que dispone el comercio.
 
 
El escaparate es el medio más idóneo para informar al público, es el mejor display publicitario que puede crearse, ya que da una información amena ofrece al público una publicidad persuasiva, directa, controlable e informa sin prisa.


 
La finalidad del escaparate

 
El fin primordial del escaparate es vender más. Este, debe dar la imagen más real posible de los productos expuestos para que nunca defraude al cliente a la hora de realizar la compra; en caso contrario, se producirá un rechazo inmediato haciendo que el individuo no llegue a materializar dicha compra y posiblemente no vuelva a entrar en el establecimiento.
 
 
El escaparate tiene el poder de poner al público en situación de deseo, para establecer un contacto posterior.



 
Características de un escaparate


Las 4 características más destacadas de un buen escaparate son:
  1. Efectividad comercial. Es importante que el coste de realización del escaparate no sea más grande que el beneficio de las ventas que se consigan. La relación coste – ventas para conseguir rentabilidad.
  2. Expresividad artística. Se pueden seguir las pautas y técnicas de cualquier expresividad artística conocida (pintura, fotografía, lenguaje teatral, manualidades, publicidad, etc.).
  3. Originalidad. La diferenciación es fundamental para una ventaja comercial respecto a los competidores del negocio.
  4. Concepto publicitario. El concepto debe ser claro, estudiado, contrastado, etc. Resumiendo se debe poder contestar a estas dos preguntas de forma concisa:
    • ¿Qué queremos decir?
    • ¿A quién va dirigido el mensaje?
       
       
Características arquitectónicas de los escaparates.

 
Las características arquitectónicas de los escaparates serán fundamentales a la hora de diseñar el proyecto de un escaparate. El tamaño del escaparate en todas sus vertientes van a condicionar el qué se va a exponer y como se va a exponer. No existen medidas estándares para todos los escaparates, ni siquiera en las grandes cadenas de tiendas las dimensiones de los escaparates son iguales. Cada uno tiene unas dimensiones diferentes y unas características arquitectónicas propias. Cuanto mayor sea el escaparate más productos y objetos complementarios serán necesarios.
 
 
Aún así podemos diferenciarlos en diferentes tipos de escaparates:
 
  1. Cerrados son aquellos que tienen una pared opaca en el fondo y sus laterales. El escaparate tiene mucho protagonismo y permite crear ambientes más sofisticados. Parece una habitación tan sólo abierta a la calle por una gran luna de vidrio. Por sus dimensiones estos escaparates suelen recordar un escenario teatral, incluso desde el punto de vista de su perspectiva que es frontal.
     
  2. Abiertos son aquellos que no tiene pared trasera. Tiene la ventaja que se ve el interior de la tienda desde la calle. Por contra la vista del transeúnte es más fácil de distraer y no observar detenidamente los productos expuestos. Son recomendables para aquellos establecimientos de venta asistida y en los que el surtido de productos ofrecidos por el comerciante está a la vista del consumidor, por ejemplo un concesionario de coches.
  1. Sin escaparate son frecuentes en centros comerciales. Estas tiendas tienen toda la parte de entrada abierta, sin ningún tipo de puerta, ni separación, ni cristal que frene la entrada de los clientes. Es una táctica para que los transeúntes entren y circulen con plena libertad. Aún así, es frecuente encontrar en la entrada una exhibición de productos colocados de forma pensada y estudiada.
     
  2. Isla son visibles desde todos los lados por el espectador, y se puede circular alrededor de ellos. Suelen estar en el interior de los comercios.
     
La situación del escaparate también es fundamental. Puede estar en una esquina de la calle donde tiene diferentes puntos de vista y es todo un reto a la vez que el resultado puede ser muy interesante. La alineación de la puerta respecto al escaparate marcará el diseño y la exposición de productos. No es lo mismo si la puerta queda detrás o alineada respecto al escaparate. Como también si la puerta de entrada está a la derecha o a la izquierda del escaparate.
Los comercios dedicados a artículos de pequeño tamaño como por ejemplo las joyerías suelen tener escaparates de pequeñas dimensiones, estos se construyen a la altura de la vista de los transeúntes para que sea fácil observar los productos en detalle.
Hay una serie de aspectos arquitectónicos y de construcción que facilitan el trabajo en la realización de un escaparate, siempre y cuando estos se prevean desde el diseño del comercio. Por ejemplo hemos comentado que en un escaparate cerrado tiene paredes laterales y en el fondo estas son un elemento de soporte ideal.
Los materiales de construcción y los elementos que contiene el escaparate serán importantes tanto para el diseño como para el montaje. Si existen paredes laterales o de fondo y si estas son de piedra, madera, etc. Si hay elementos desmontables, si hay una malla en el techo que permita colgar elementos. El sistema de iluminación y las tomas eléctricas influyen en el resultado final.


El color
Para los profesionales del diseño, escenografía, interioristas, y como no, de los visual merchandaising todos ellos metidos en el mundo del color, conocer lo que pueden ofrecer las diferentes tonalidades es una herramienta muy valiosa para desarrollar el trabajo.
Vamos a tomar los colores en su esencia natural, de modo que podamos analizar lo que nos transmite, la psicología del color. Cada color es como una familia que se multiplica en muchos otros tonos.
A la hora de diseñar un escaparate estudiar bien los colores a utilizar significará el éxito o el fracaso del mismo. Por tanto no se utilizaran colores que distraigan la atención del producto sino que lo resalten y lo potencien.
Hay conceptos importantes en el mundo del color que son importantes, hay que conocerlos y manejar los con profesionalidad. Colores primarios (magenta, zian y amarilla), secundarios (rojo, verde y morado), contrastes, armonías, cálidos, fríos, neutros, tonalidades, etc.
Los colores sin color y/o neutros son los blancos con sus distintas variaciones (marfil, nácar, crudo, nieve, etc), los grises (con todas sus tonalidades frías o cálidas), los marrones y los negros. Estos colores son los de la luz y la oscuridad, las nubes y la naturaleza, vemos gran cantidad de gamas de ellos en un día lluvioso, el blanco aviva los colores que rodea y el negro los aclara.
Si se reúnen varios colores, la observación de los mismos produce una determinada sensación, que puede ser de agrado, desagrado o indiferencia. Esta sensación, está en función de los colores que integran el grupo, su distribución y el espacio superficial que cubre cada uno.
La relación entre los colores, origina dos efectos contrarios: el contraste y la armonía. El contraste es la influencia mutua ejercida entre colores yuxtapuestos que no tienen afinidad alguna. Puede ser de tonos, de valores y simultáneo. El contraste más intenso de tonos es el que se da entre colores complementarios saturados. El de valores se logra al yuxtaponer un tono claro y otro oscuro y cuyo ejemplo más patente es el del blanco y el negro.
Si entre dos colores complementarios existe una diferencia de luminosidad, como es el caso del amarillo y el violeta, el contraste que se produce es simultáneo, es decir, de tonos y valores al mismo tiempo.
Armonía o entonación es el efecto contrario del contraste. Se produce por la relación de afinidad entre los tonos y valores de un conjunto.
Armonía de tonos. Los colores próximos en el círculo cromático son armónicos. Todo color secundario es armónico, en mayor o menor grado, con los primarios que lo componen. Cuanto mayor sea ella la componente de un color, en la mezcla, más armónica será con él. El verde azulado armoniza más con el azul que con el amarillo y el verde amarillento está más cerca armónicamente del amarillo que del azul.
Armonía de valores. La gradación de un tono hacia blanco y hacia negro es siempre armónica. Son convenientes y agradables estas armonías en esquemas de pequeña extensión; su abuso da sensación de monotonía.
El efecto psicológico de los colores. El color actúa fuertemente sobre la sensibilidad y es capaz de alterar el estado de ánimo. Esta sensación es, sin embargo, subjetiva; en ella intervienen una serie de factores y vivencias que hacen que la generación no siempre es válida.
Goethe asocia al violeta la idea de alegría, al rojo la de poder, al azul la de calma y frío, al verde la de atracción, al amarillo vivo la de ridículo y al claro la de nobleza. Evidentemente no todo el mundo coincide con estos significados, por ejemplo los que asocien el morado a la liturgia cristiana es el color de la penitencia y el dolor, por tanto no lo encontrará alegre.
Sin embargo, hay algunos puntos en los que el acuerdo es unánime. Se trata de la sensación de temperatura de los colores. A partir de esta sensación, se establecen dos gamas o grupos de colores, los cálidos y los fríos. La gama caliente está formada por los colores con predominio de amarillo, mientras que la gama fría está formada por el predominio del azul.
A parte de las sensaciones térmicas de los colores, éstos tienen propiedades muy a tener en cuenta. Los colores claros amplían el espacio y son menos fatigosos que los intensos o saturados, los verdes tienen propiedades sedantes, los rojos son excitantes y se acercan, los azules se alejan, etc.

Composición
La composición es la acción y efecto de componer, juntar varias cosas y colocarlas en orden para formar una, construir algo. En el caso que nos ocupa la definición de composición artística nos puntualiza que esta distribución tiene que ser adecuada y estética. Todos y cada uno de los elementos que conforman la representación, teniendo en cuenta el color, el tamaño, las texturas, las tonalidades, el espacio y las formas en general que se vayan a implementar.
La estructura de la composición tiene dos formas:
  1. El objeto se presenta a si mismo.
     
  2. El objeto se complementa con los otros elementos de la composición.
La composición se organiza en base a la colocación de los distintos elementos:
  1. Central
  1. Inferior y/o superior
  1. Perimetral
  1. Radial
  1. Diagonal
  1. Ángulo
  2. Lateral
La composición en forma de pirámide es muy utilizada en el mundo artístico y decoración. La idea es crear una pirámide con los elementos que se exponen. La vista se centra en un punto y luego se desplaza por el resto del conjunto.
La composición por repetición tiene un estilo simple y directo. Este tipo de creación requiere experiencia para poder obtener un resultado interesante ya que es fácil perder el punto focal. Para ello se utilizará detalle en un color llamativo, una textura brillante, una iluminación o un punto de luz potente, etc. Este tipo de composición adquiere gran impacto con muchos productos pequeños.

La iluminación en un escaparate.
En el conjunto de un escaparate, uno de los medios que más destaca es la luz, precisamente por los efectos que produce.
La luz es el entorno natural del escaparate, la que hace posible una buena visibilidad. Por eso debe conocerse la luz adecuadamente, y darle un tratamiento en cada caso.
La iluminación de un escaparate está sujeta a estos 3 principios:
1.- Que los focos o puntos de luz no deslumbren al transeúnte, impidiéndole ver la mercancía con nitidez.
2.- Que tenga la intensidad estudiada para que no se neutralice por la luz natural o la luz de la calle, evitando de esta forma los reflejos. La utilización de regletas con focos ajustables en altura permite jugar con la luz para conseguir este objetivo.
3.- Que pueda concentrarse en el producto, evitando que se disperse por el resto del escaparate.
Dentro de la iluminación exterior del establecimiento, ha de existir una protección para las acciones de la meteorología no afecten negativamente a los sistemas de iluminación y para proteger también de los diferentes actos vandálicos.
Al hablar de iluminación interior habrá que considerar ciertos aspectos como:


1.- Consumo: buscar conseguir los mejores resultados con los costes mínimos.
2.- Temperatura: hay lámparas como las incandescentes que producen temperaturas muy altas, lo que puede deteriorar ciertos productos o incluso provocar incendios. Ayudará a evitarlo una buena ventilación o refrigeración.
3.- Enfoque: a través de la concentración o dispersión del haz de luz se puede iluminar de una forma general todo el escaparate, concentrar la luz sobre un punto determinado, etc.
4.- Orientación. Esta característica debe siempre existir, así se puede orientar la luz a las zonas que más interesen.
Un sistema de raíles electrificados con focos ajustables ofrecen una gran flexibilidad y da la oportunidad de utilizar diferentes tipos de luces, cada uno de ellos desempeñará un papel específico en el esquema general.
La iluminación que se precisa durante el día no es la misma que durante la noche. Un escaparate que recibe gran cantidad de luz solar necesita mayor iluminación para contrarrestar la luz procedente de la calle.


Idear un escaparate
Para empezar a idear un escaparate tenemos que determinar el tema que será la esencia del mensaje que queremos proyectar y por tanto el marco expositivo de las mercancías que se vayan a publicitar.

La primera fase es determinar que objetivo pretende el escaparate (atraer, informar, provocar, marcar tendencia, etc) siempre teniendo en cuenta que el escaparate debe presentar incluso destacar el producto que comercializa el establecimiento. Es verdad que hemos visto escaparates en los cuales no se exhibe ninguna mercancía pero si que se ha conseguido transmitir la imagen del comercio.

El escaparate en ocasiones tiene muchas semejanzas con una fotografía o un cuadro, en una sola escena se puede sugerir o contar una historia. La diferencia evidente incluso la ventaja es que contamos con un espacio en tres dimensiones. Es imprescindible mantener un estética y composición cuidadas en todos los casos y donde las posibilidades son infinitas. Centrarse en una idea clave y no querer transmitir demasiadas ideas. Para poder transmitir este mensaje utilizaremos el lenguaje visual que nos ofrecen los colores, la composición, formas, texturas, elementos complementarios, decorativos, gráficos, visuales, etc. Elementos que son propios del mundo de la moda, artístico, publicitario, etc.
Los elementos complementarios de un escaparate son objetos que no están a la venta y que llaman la atención, respaldan o emiten el mensaje, presentan el producto,... Aunque hay que tener cuidado en que este o estos elementos guarden una relación directa con el producto y/o la imagen y desvirtúen el cometido. Esta es la clave. Hemos visto infinidad de escaparates donde se exhibe un ramo de flores o un mueble antiguo que nada aportan al producto, no transmiten y están fuera de lugar. También hay que recalcar que lo imprescindible no es un gran presupuesto, lo que se necesita es imaginación y esta se adquiere con la práctica, la persistencia y el empeño.


Boceto de un escaparate


Una vez elegido el tema y/o el mensaje, la elección de la mercancía y los elementos complementarios hay otros temas que habrá que resolver para que el proceso de elaboración transcurra sin demasiados problemas. Para ello la herramienta más útil será el boceto. El dibujo del boceto empieza con la imaginación y después se expresa como un medio práctico para generar o comunicar una idea.
Hay que realizar un dibujo básico, previo, esquemático y sencillo para empezar a distribuir y organizar los elementos que van a formar el conjunto del escaparate.
Resulta más complicado y puede conllevar problemas crear directamente un escaparate sin haber realizado previamente un boceto. El dibujo ayuda a la mente a desarrollar todo el proceso, prever los problemas que puedan surgir, avanzarse a las necesidades y observar el resultado final.
No hace falta ser un gran dibujante y existen muchas técnicas válidas para la realización de un boceto. Incluso se puede hacer un collage.
Las nuevas tecnologías ofrecen posibilidades muy interesantes como es el programa CAD o el Photoshop.